NOSOTROS

SOMOS PRODUCTORES INDEPENDIENTES. RESIDIMOS EN EL TERRITORIO QUE CULTIVAMOS Y NOS VINCULA UN COMPROMISO AFECTIVO E HISTÓRICO CON EL LUGAR.

Entendemos el vino como el producto de un lugar y de una historia que merece ser contada.
Cada botella representa el balance entre un ecosistema y una interpretación personal.

Somos viticultores, bodegueros y comerciales de nuestros propios vinos. Esto es muy importante porque tanto la comprensión del territorio como la autenticidad del producto y su mensaje están garantizadas.

Sustentabilidad y coherencia son dos pilares fundamentales en nuestro proyecto.

100 años de una familia a través de distinas generaciones habitando el mismo lugar lo demuestran. Para nosotros el éxito de la empresa está asociado al cuidado del medio ambiente y las personas que lo trabajan.

En el aspecto ambiental, hacemos un uso racional de agua que es nuestro recurso más preciado y escaso. Tenemos un manejo respetuoso y regenerativo del suelo y la biodiversidad.

En lo social, somos actores activos que nos relacionamos con distintos organismos para generar intercambios y sinergia como Wofa, Crea, Inta, Aguas de Mendoza, entre otros.

Somos socios fundadores de PIPA, Productores Independientes de Paraje Altamira. Es una asociación sin fines de lucro con la que participamos en la creación del Jardin Maternal Altamira. También hacemos acciones para comunicar los vinos y características del lugar. Actualmente estamos profundizando los estudios sobre el terruño para la caracterización de la Indicación Geográfica Paraje Altamira.

Procuramos trabajar con proveedores locales siempre que sea posible y practicamos un comercio justo.

En el año 1995 Facundo Suárez donó 5 hectáreas a la Municipalidad de San Carlos para la creación del Polideportivo Angélica Civit. Además donamos un espacio en Finca Perico para construir un pozo que suministra gran parte del agua potable de La Consulta, nuestro pueblo.

CINCO GENERACIONES

HISTORIA

( 1921 - Actualidad )

1ERA GENERACIÓN

Los inicios

Nuestro proyecto se desarrolla en las tierras que eligió Leopoldo Suarez (1882-1932) en 1921. Él imaginó una historia y desarrolló su idea en un desierto alejado de la ciudad.

En 1904 se graduó como Ingeniero Enotécnico en la Escuela de Viticultura y Enología de Conegliano, Italia. También realizó estudios en Montpellier, Francia.

Cuando regresó a Argentina fue Jefe de la Estación Enológica de Mendoza y Director de la Escuela Nacional de Vitivinicultura. Entre sus trabajos científicos destacamos su «Contribución a los estudios ampelográficos en la Provincia de Mendoza» de 1911.

En este libro se relevaron más de 30 variedades y se hicieron numerosas vinificaciones de cada variedad según su región de origen.

El resultado fueron detalladas descripciones y conceptos sobre las plantas y los vinos. En relación a la enología, recomendaba prácticas que a veces se consideran tendencias novedosas pero que acá vemos que no lo son: cosechar temprano para retener acidez, no usar roble americano y el carácter diferencial de los vinos sobre suelos calcáreos, entre otras.

Leopoldo consideraba al Semillón como “la mejor variedad para vinos blancos de mesa en Mendoza.”

Según el reconocido enólogo Raúl de la Mota, hubo un antes y un después en la viticultura argentina a partir de sus aportes.

2DA GENERACIÓN

“El mejor vino blanco argentino”

Tras su muerte temprana a los 52 años, su pareja Angelica Civit y sus hijos, entre ellos Facundo Suárez Civit, (1923-1998) plantaron viñedos en la década de 1940. Malbec y Semillón entre otras varidades fueron trabajadas por Facundo hasta mediados de los años 1970.

Sucesivas caídas en los precios de la uva y la falta de diferenciación en el valor de la materia prima de alta calidad enológica en un momento de auge del consumo de los vinos comunes llevaron a Facundo a erradicar las 80 has de viñedos y reemplazarlas por una finca de frutales con distintas variedades aptas para la exportación.

Años antes de su fallecimiento, volvió a la idea de plantar viñedos. Insistía con aquello que había escuchado de su padre: “Quien elaborara bien el Semillón en La Consulta haría el mejor vino blanco argentino”.

3ERA GENERACIÓN

Resurgir de la viña

Su hijo Facundo Suárez Lastra continuó lo previsto por su padre y comenzó a plantar viña a partir de 1998 en Finca Perico con el objetivo principal de venta de uva.

En el año 2001, compró un monte virgen al sur del Canal de Uco donde aún no había viñas y plantó Finca Las Piedras. Fue pionero en Altamira Sur, hoy un lugar de mucho prestigio por tener solamente siete productores de altísima calidad.

En el año 2002 apareció el primer vino Finca Suarez Malbec.

4TA GENERACIÓN

Terruño y sustentabilidad

A partir del año 2011 Juanfa Suarez se incorporó a la empresa familiar. Aportó una búsqueda hacia vinos de terruño y prácticas agrícolas sustentables

En el 2013 plantamos nuevamente Semillón siguiendo la idea de Leopoldo que logró filtrarse a través de las generaciones. Este viñedo marca un quiebre en nuestro modelo productivo, ya que es el primer viñedo concebido desde su plantación para la elaboración del vino y no para vender la uva como materia prima.

En 2019 fue la primera vendimida con Juanfa como responsable total de los vinos luego de varios años de un proceso de aprendizaje a prueba y error.

En el 2020 realizamos un detallado estudio de suelos con el asesoramiento de Guillermo Corona. Esto nos ha permitido identificar parcelas con carbonato de calcio y características únicas que usamos para nuestros vinos Perico y Las Piedras.

El 2021 fue un año clave en nuestra historia. Hicimos la primer vendimia con la información del estudio de suelos, un equipo consolidado, etiquetas nuevas y cumplimos 100 años de la familia en la finca.

5TA GENERACIÓN

Trabajo en equipo

Actualmente Facundo y Juanfa están a cargo de la viña y los vinos. Pedro juega en la finca, es la quinta generación de Suarez en Paraje Altamira.